¿Qué pasa si juntas en una
carrera ilegal a un español, un francés, un polaco, un ruso y un alemán, y les
decimos, tenéis que ganar entre todos al equipo contrario, pero para ello,
debéis cooperar, ayudaros y comprenderos en cada acierto y en cada error,
durante al menos 40 minutos, teniendo en cuenta que cualquier fallo que tengáis
individual o en grupo, os podrá hacer perder la carrera y descenderéis en la
clasificación irremediablemente?
Esto es tan solo un banal
ejemplo, pero nada lejos de la realidad si lo trasladamos al mundo de los
eSports, 10 jugadores, 5 en cada equipo, de diferentes nacionalidades, niveles
de inglés variados, desde el balbuceo hasta un inglés perfectamente escrito,
clases sociales de todos los tipos, diferentes educaciones y por supuesto, la
identidad desconocida, que a todos nos hace desinhibirnos. Mezclamos bien el
coctel y, ¿qué es lo que se obtiene?

Se pueden encontrar muchísimos
testimonios, escritos, llantos, lamentaciones, peticiones, ruegos, pero la realidad
es, que los gamers tienen cierta tendencia a ser gente tóxica. Existe un
grandísimo problema con esto, tan importante en la comunidad, que tanto Valve
(Dota2) como Riot Games (League of Legends), han tratado de poner medidas a
esto porque ya que se escapaba de las manos el tema de los insultos, insultos
que llegaban a todos los niveles.

Gracias a vídeos, a un grandísimo
esfuerzo de las comunidades y una maduración de ella misma, se ha arrojado un
poco de luz sobre el tema, campañas constantes en esta cuestión han ayudado a
reducir el número de jugadores tóxicos presentes en este deporte. Aún así yo invito
a jugar 5 partidas de League of Legends, y que me digáis tanto si en vuestro
equipo como en el contrario, no ha existido un abuso verbal.
Queda mucho camino por andar,
aquí os dejo un video que me hizo pensar mucho en general, ya no solo en
cuestión de videojuegos, sino como una maduración personal.